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La mujer neoespartana es sinónimo de lucha y perseverancia


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La mujer neoespartana es sinónimo de lucha y perseverancia
Publicado: 2016-03-07 11:35 / Visitas: 124

 **El Instituto Neoespartano de la Mujer, Inemujer, honra el trabajo de seis margariteñas cultoras, pescadoras, maestras, enfermeras e integrantes del Cuerpo de Bomberos, a fin de rendirle tributo

 La mujer es sinónimo de lucha, perseverancia y dedicación, dignas de respeto y admiración. Su fortaleza la distingue por continuar adelante, superando las adversidades y brindando protección a sus familiares. Hoy, en su día, el Instituto Neoespartano de la Mujer (Inemujer) le rinde tributo a esas triunfadoras insulares, que son ejemplo de inspiración y sensibilidad humana.

Fabiola Plaza, presidenta del Inemujer, enfatizó que estas féminas, a través de su trabajo, dan ejemplos de dignidad, contribuyendo con el fortalecimiento de la Patria. “Con su labor le muestran a sus hijos y a las demás mujeres que mediante los valores y principios morales es posible avanzar, en función de alcanzar sus metas”, puntualizó.

Cilenia Caraballo

Una de estas heroínas anónimas es Cilenia Caraballo. Hace más de 15 años ingresó al Cuerpo de Bomberos de la entidad. Actualmente se encuentra laborando en el Departamento de Investigación de Siniestros, Prevención de Incendio y  Riesgos Especiales, así como en el área de Sala Técnica, donde revisa los proyectos antes de que se ejecuten, en aras de corroborar que estos cuenten con las medidas de seguridad necesarias.

A su juicio la carrera de bombero no tiene distinción de credo, religiones o estratos sociales. Indicó que a la hora de prestar el servicio a la comunidad el trabajo del hombre y la mujer es igual, el coraje y la valentía son los mismos. “Cuando ingresas a un incendio, tu labor es salvar a la personas, tomar su lugar y sofocar el fuego. Por eso los ciudadanos en medio de la dificultad te miran llenos de esperanza, como un héroe. Es un compromiso”, enfatizó.

 María Magdalena Marín Rojas

María Magdalena Marín Rojas es el vivo ejemplo de perseverancia y optimismo. Se dedicó a sacar adelante a sus 11 hijos por medio del trabajo de figuras de animales y objetos con conchas de diferentes especies marinas. Los caracoles, chipichipis y demás moluscos son sus instrumentos para crear decoraciones con formas de cangrejos, tortugas, aves, conejos y un sinfín de modelos propios de su creación.

A sus 94 años, a 2 meses de cumplir los 95, y con una invidencia total, la señora María Magdalena continúa enriqueciendo la cultura autóctona; fomentando esa tradición en los jóvenes que la visitan a su hogar en el sector.  “Hay que buscar los caracoles en la playa y después que haya reunido suficientes se trabajan los muñecos para luego salir a venderlos. Después de la 6 de la tarde siempre salía a trabajar”, señaló.

De igual manera Instó a las mujeres como líderes batalladoras a que tengan fundamento para sembrar principios morales a sus hijos.

Marisol Brito

Marisol Brito, quien tiene más de 20 años ejerciendo el trabajo de Enfermería, la mayoría en el Hospital Dr. Luis Ortega, cuenta que decidió estudiar esa carrera a los 16 años de edad, luego de una noche que se quedó cuidando a su mamá en el mismo centro asistencial. 

Adora educar y orientar a las personas sobre los tipos de enfermedades y como evitarlas; de este modo siente que ayuda a mejorar la vida de las personas. Asegura que en su profesión las mujeres superan el 70% en cantidad a los hombres. “Somos protectoras por naturaleza, humanistas, brindamos esa atención al necesitado; estamos ahí para tenderle la mano a todos”, apuntó.

Eunice Quijada

“Más allá de la atención médica, muchas veces el paciente está necesitado de afecto y comprensión”. Así lo afirmó Eunice Quijada, de 73 años de edad, de los cuales lleva más de 20 años integrando la organización Acción Voluntaria de Hospitales, cuya labor principal es visitar a los enfermos en los centros hospitalarios con el objetivo de brindar afecto, cariño y una palabra de aliento a los más necesitados.

Hoy día es la presidenta regional de dicha institución. “Mi madre, que en paz descanse, fue voluntaria también. Sembró esa inquietud en mí y después que mis hijos estaban grandes dije: esta es mi oportunidad de hacer un servicio por los más necesitados”, comentó, al tiempo que resaltó que esta labor es desempeñada mayormente por el género femenino, lo que reconoce su dedicación y valor.

Vivian Rodríguez

Entre las mujeres valerosas se encuentra Vivian Rodríguez. Es una maestra abnegada con 32 años de servicio. Los últimos 30 años los ha consagrado en el Grupo Escolar Bachiller José Joaquín de León, situada en el sector de Los Cocos, donde funge como directora del plantel.

Obtuvo el título de Maestra Normalista en el año 83 cuando tenía apenas 18 años de edad. “La maestra es la que todo lo da, es mamá, amiga, doctora, psicóloga, orientadora; nos abocamos a investigar quienes son nuestros estudiantes para  poderlos ayudar, porque se educa tanto a los hijos como a los padres”.

Elis Gómez

Elis Gómez es una pescadora a cordel de 64 años, lideresa en la lucha por las dignificaciones para los pescadores, así como vocera del Consejo de Pescadores y vocera presidencial por el municipio Mariño en el área de la pesca.

Narra que llegó a la isla cuando tenía 22 años de estad, desde entonces afirma sentirse margariteña. Se enamoró de un pescador con quien tuvo 10 hijos, a quienes mantuvo trabajando en el mar. “Ese es un arte rudo, fuerte, pero muy bonito”, aseguró. Resaltó que en este oficio tanto hombre como mujer trabajan por igual, bajo las mismas condiciones y sin preferencia alguna, ambos tienen buena convivencia y respeto mutuo.

Isaura Jiménez

Isaura Jiménez, artesana de El Tuey de San Juan Bautista, es creadora de productos construidos con la palma de dátil que se da en el cerro de la localidad de Fuentidueño. Su pieza más popular es el tradicional sombrero de cogollo, aunque realiza todo tipo de artículos desde sobres, carteras, sombreros, pavas, monederos, sandalias, entre otros modelos con diferentes tejidos; que conjugan el arte folclórico con lo  actual.

Aprendió el oficio con su abuela, ahora se dedica a enseñar a sus hijas y a los jóvenes de la comunidad. Considera que su mayor recompensa es estar a gusto con lo que hace, resaltando la idiosincrasia del margariteño. Exhorta a las mujeres a seguir luchando por sus metas, esforzándose por superarse cada día más. “El límite lo pones tú”, no hay nada en el mundo que uno se proponga que no lo logre”, subrayó Isaura.

Vía Prensa Gobernación/