Publicado: 2016-08-26 01:44 / Visitas: 674

                                                                                                   Manuel Avila

La cara de Margarita no solo es el Puerto de Punta de Piedras por donde entran los turistas a la isla o el Aeropuerto “Santiago Mariño”, sino el Mercado de Los Conejeros, principal centro gastronómico de la isla. Ese espacio de la cocina margariteña es sitio obligado de la primera parada de los turistas nacionales e internacionales que vienen a la isla a disfrutar de sus bellezas y de su gastronomía. Lo cierto del caso es que al Mercado de Conejeros ya moribundo lo adornan pancartas enormes de PDVSA, donde se describen mejoras a la infraestructura arquitectónica y ambiental. Pero solo son pancartas fantasmas de ofertas sin soporte que convirtieron  recinto en un cementerio de verduleros. 

Qué pena sentimos los margariteños cuando pisamos ese ambiente de la miseria regional y de verdad que el estado de abandono de este gigante del comercio insular deja mucho que desear. Nada se ha invertido en esas instalaciones y lejos de sumar voluntades para su recuperación, nada se hace por transformar sus instalaciones. En los puestos de ventas de verduras, los espacios para el pescado y los espacios gastronómicos para las empanaderas y los restaurantes son espacios inservibles y sin las condiciones para prestar un servicio de primera. Todavía está la inversión del Gobernador Alexis Navarro Rojas que pujó para utilizar los dineros producto de la privatización eléctrica a fin de poner el techo a las viejas instalaciones. Después vinieron las promesas de la rica PDVSA que ofreció transformar estos espacios en una vitrina de Margarita y cuando se vino a menos la renta petrolera, dejaron el pelero para dar paso a un cementerio de verduleros. No se puede dejar de mencionar los cubículos de los vendedores de pescado que se parecen a cuevas de lechuzas y de iguanas. Ni se diga de los espacios de los quesos y las carnes que semejan barriadas abandonadas a su suerte y unas especies de cajas del deterioro humano que muestra la falta de querencia por lo nuestro. Por supuesto ese carcomido monstruo de cemento es el símbolo de la podredumbre oficial y de las nefastas políticas de quienes se ocuparon más de la política que de la calidad de vida de la gente. Esa razón de esta deteriorada instalación alejó a los insulares de su principal Mercado Estadal, ya que nadie quiere comprar entre basuras y moscas. 

No tiene dolientes el Mercado Municipal de Conejeros porque cada día aumenta el nivel de deterioro de unas instalaciones que apenas pueden mostrar ese techo aerodinámico que en el Gobierno de Alexis Navarro se le colocó al gigante de concreto. Apenas cuando se aproximan los días de “la Cumbre de Países No Alineados” se ve un movimiento hacia uno de sus estacionamientos, pero es solo un parche en un cuerpo tan grande.

Muere el Mercado Municipal de Conejeros que dobla sus patas como un animal gigante y bosteza sabores amargos de la derrota de un modelo político que ni es socialista, ni revolucionario, pues a unas instalaciones al servicio del pueblo nadie ha querido prestarle atención y hoy en día solo se exhibe un viejo símbolo de la debacle nacional y es la cara del entierro de la revolución.

Ni el Gobierno Nacional, ni el Nacional y menos la Alcaldía de García tienen argumentos para consolidar una obra que sería de relevancia para el futuro de la región. Eso es lo que hay en Conejeros y por supuesto los inquilinos no quieren opinar sobre el tema porque perderían su tiempo de permanencia por más de 30 años bajo el cobijo de un gigante confinado a su destrucción por retazos y que no tiene dolientes. A lo mejor en un futuro no muy cercano a Juan Bautista Mata, el candidato que suena duro para el municipio se le ocurre hacer esfuerzos para transformar las viejas instalaciones de museo para dar paso a la modernidad en el Mercado de Conejeros como dijo recientemente mi amigo Carlitos Millán “Llegó la hora de transformar García y con una figura joven en la vanguardia no hay dudas que saldremos adelante en este territorio del Porvenir”.